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Pa, Pa, Pato!Palermo hizo el primero con una volea y Defensor lo empató en el cierre del primer tiempo. Palacio definió bárbaro para el segundo y cuando Boca se venía para Buenos Aires con los tres puntos, el Pato dudó en una salida y Mora le dio el empate al equipo uruguayo. Boca otra vez no pudo bancar el resultado y se terminó conformando con un empate. El jueves, la revancha en la Bombonera.
Boca sufre un mal que no sólo lo aqueja en el torneo local, sino que ahora amenaza seriamente con pasarse a la Copa Libertadores. Este Boca versión 2009 sin Riquelme, no sabe cerrar los partidos. Los pelea, los saca adelante, pero a la hora de guardad la pelota, de bajar un cambio y dejar que los minutos pasen, le cuesta mucho y extraña horrores a su conductor: Juan Román Riquelme. En el Clausura desde aquel partido con River, donde con un golazo de Palermo lo ganaba y ponía de rodillas al Millo, y lo terminó empatando, este Boca comenzó a sufrir a la hora de liquidar rivales. Algo que muy pocas veces le pasó y sobre todo en los últimos años. Y tanto sufre que el fin de semana fue una muestra más de esa ausencia de referente a la hora de controlar y administrar el juego. San Lorenzo le terminó sacando el triunfo en la última jugada del partido y lo dejó muy cerca del último lugar de la tabla. Y ahora fue el turno de un pobre Defensor. Ya sin el poderío del Millonario y el Cuervo y con mucha más voluntad que ganas. Boca estuvo arriba dos veces y terminó conformándose con un empate que a la hora del mano a mano es auspicioso, pero teniendo en cuenta el desarrollo del juego y las dos veces que estuvo arriba suena a bastante poco. El Boca de la Copa se vio entre los 20 y 25 minutos del segundo tiempo. El equipo de Ischia salió decidido a vengar esa desatención del final del primer tiempo que lo privó de irse al descanso en ventaja y metió al equipo uruguayo en su campo. Lo desbordó por los laterales y tuvo a un Palemo no sólo comprometido con el gol, sino que pivoteando y asistiendo. Y fue de sus pies (luego de una pifia más que un pase) donde Palacio encontró una pelota en el área y la metió entre las piernas del arquero. Ante ese panorama y la tibieza de Defensor, Boca comenzó a caminar hacia una victoria que dejaba casi cerrada la serie. Sin embargo dejó que el equipo uruguayo crezca más en confianza que en fútbol y se anime al menos a tirar pelotazos buscando una cabeza salvadora o un error del rival. Y lo encontró, porque Abbondanzieri se durmió en una de los tantos pelotazos y Mora mandó, casi con desconfianza, la pelota a la red. Y no le quedó tiempo para más a Boca. Se fue masticando bronca por otra victoria que dejó escapar y que le permite hilvanar una serie para nada positiva: Boca sacó cinco de los últimos 18 puntos en juego contando Copa y Clausura. Sí, en los últimos seis partidos sólo pudo ganar uno y en los últimos tres le hicieron goles en los últimos diez minutos. Una problema al que Ischia deberá prestarle la atención debida y más teniendo en cuenta las definiciones que se vienen...
Boca sufre un mal que no sólo lo aqueja en el torneo local, sino que ahora amenaza seriamente con pasarse a la Copa Libertadores. Este Boca versión 2009 sin Riquelme, no sabe cerrar los partidos. Los pelea, los saca adelante, pero a la hora de guardad la pelota, de bajar un cambio y dejar que los minutos pasen, le cuesta mucho y extraña horrores a su conductor: Juan Román Riquelme. En el Clausura desde aquel partido con River, donde con un golazo de Palermo lo ganaba y ponía de rodillas al Millo, y lo terminó empatando, este Boca comenzó a sufrir a la hora de liquidar rivales. Algo que muy pocas veces le pasó y sobre todo en los últimos años. Y tanto sufre que el fin de semana fue una muestra más de esa ausencia de referente a la hora de controlar y administrar el juego. San Lorenzo le terminó sacando el triunfo en la última jugada del partido y lo dejó muy cerca del último lugar de la tabla. Y ahora fue el turno de un pobre Defensor. Ya sin el poderío del Millonario y el Cuervo y con mucha más voluntad que ganas. Boca estuvo arriba dos veces y terminó conformándose con un empate que a la hora del mano a mano es auspicioso, pero teniendo en cuenta el desarrollo del juego y las dos veces que estuvo arriba suena a bastante poco. El Boca de la Copa se vio entre los 20 y 25 minutos del segundo tiempo. El equipo de Ischia salió decidido a vengar esa desatención del final del primer tiempo que lo privó de irse al descanso en ventaja y metió al equipo uruguayo en su campo. Lo desbordó por los laterales y tuvo a un Palemo no sólo comprometido con el gol, sino que pivoteando y asistiendo. Y fue de sus pies (luego de una pifia más que un pase) donde Palacio encontró una pelota en el área y la metió entre las piernas del arquero. Ante ese panorama y la tibieza de Defensor, Boca comenzó a caminar hacia una victoria que dejaba casi cerrada la serie. Sin embargo dejó que el equipo uruguayo crezca más en confianza que en fútbol y se anime al menos a tirar pelotazos buscando una cabeza salvadora o un error del rival. Y lo encontró, porque Abbondanzieri se durmió en una de los tantos pelotazos y Mora mandó, casi con desconfianza, la pelota a la red. Y no le quedó tiempo para más a Boca. Se fue masticando bronca por otra victoria que dejó escapar y que le permite hilvanar una serie para nada positiva: Boca sacó cinco de los últimos 18 puntos en juego contando Copa y Clausura. Sí, en los últimos seis partidos sólo pudo ganar uno y en los últimos tres le hicieron goles en los últimos diez minutos. Una problema al que Ischia deberá prestarle la atención debida y más teniendo en cuenta las definiciones que se vienen...
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