extraido de OLE de argentina -
MAÑANA CRONICA EXCLUSIVA DE ANA BONISONNE
ESTO ES UN ADELANTO NADA MAS..
21:43 BOCA 2 - RACING 1Es todo tuyo, RománCon dos goles de Riquelme, el equipo de Ischia le ganó a La Academia en La Bombonera y volvió a la punta del torneo cuando quedan dos fechas para el final. El Xeneize le lleva dos puntos a Tigre y tiene todo servido para quedarse con el título. Sosa, de cabeza había marcado el empate parcial para los de Llop.
Jugaba con conocimiento Boca. Sabía que estaba ante una chance única, sabía que Tigre ya había ganado y sabía a qué jugaba ante Racing, en la Bombonera. El equipo conducido por Carlos Ischia sabía y entendía, sobre todo, que debía ganar el clásico para dar un paso clave de cara al título. Ischia retrocedió y volvió al 4-3-1-2, y avanzó en la delantera le dio continuidad a la dupla de ataque Viatri-Figueroa. Racing, en cambio, cómodo en el 4-4-2, confiaba en Maxi Moralez para lastimar de contra en los primeros minutos. Todo, con Diego Maradona, el entrenador de la Selección, observando desde su palco. La pelota y el terreno fueron del local, cedidos por el visitante. Y Boca, en esas condiciones lastima. A los 5, la peinó Viatri, Dátolo aguantó en el área y Figueroa, de frente, desvió el zurdazo que pudo haber abierto el marcador. Tres más tarde, Dátolo envió un pelotazo largo, a espaldas de los centrales Cáceres y Mercado (una constante). Pero Figueroa no pudo definir ante el achique oportuno de Migliore. Racing le tiraba la pelota a Moralez y esperaba para salir rápido. Pero dos veces Forlín, y una Vargas y Dátolo (ambos con falta) frenaron al diez de La Academia en el medio. Se emparejó mucho el juego en la segunda parte del primer tiempo. Racing salió del fondo, acomodó sus líneas y ganó metros en el terreno. Por el esfuerzo de Zuculini y Peppino en el medio y por la astucia de Moralez. El petiso, a los 21, tuvo el gol en sus pies. La defensa de Boca quedó mal parada y el de Racing se vio cara a cara con García, pero su remate rozó el palo y se perdió afuera. Respondió Riquelme después. Migliore dio un rebote largo en el área, el enganche le amagó mil veces, lo dejó tirado, pero la picó mal de zurda, por encima del travesaño. Después, Pablo Lunati inventó un penal y se abrió el marcador. A los 38, Román le puso una pelota bárbara (a espalda de los centrales, otra vez) a Figueroa. Migliore salió rápido, Lucho la tiró larga, saltó al arquero y se dejó caer. El árbitro compró y Riquelme no falló desde los doce pasos para el 1-0. A pesar de que Migliore lo hostigó verbalmente en la ceremonia previa al remate. Es que el enganche y el arquero tuvieron grandes diferencias cuando fueron compañeros... Pero la explosión en la Bombonera por el gol de Boca fue efímera. A los 45, en la última jugada del primer tiempo, La Acadmia alcanzó el empate. Tiro de esquina desde la derecha, desatención en el fondo local, Franco Sosa se elevó cómodo por el segundo palo y metió un buen frentazo de pique al suelo para establecer el 1-1. Después Lunati pitó el final y ambos equipos se fueron al vestuario con la igualdad. En pocos minutos pasó mucho en el complemento. En el arranque, Llop mandó a la cancha a Yacob por el lesionado Mercado. El regreso del cinco de Racing prometía orden y lucha en el medio visitante. Sin embargo, fue Boca el que ganó la pulseada con Battaglia. Javier García descolgó un centro y le tiró el pelotazo a Riquelme. Román no la pudo bajar y se quedó mirando a la platea VIP, la que está arriba de los bancos de suplentes. Buscó e identificó. Un espectador, se ve, lo insultó. Y el enganche lo fulminó con la mirada. Esa situación, ajena al juego, pareció motivar a Román. A los 14, a pocos minutos del cruce de miradas con el plateísta, Riquelme rompió todos los esquemas. Dátolo encaró de izquierda al medio, sacó un derechazo defectuoso. La pelota rebotó en los defensores, hizo una parábola con mucha altura y poca distancia... Marcos Cáceres llegaba tranquilo para rechazar, pero Riquelme lo anticipó, la enganchó de volea y dejó sin reacción a Migliore. Era el 2-1 para Boca. Eran los tres puntos, la punta del Apertura en soledad y medio campeonato. El festejo de Riquelme estaba cantado. Con cara de malo, corrió hasta la platea y señaló al hincha que antes había soltado la lengua y ahora festejaba el gol. Una muestra más de lo que significa Riquelme para Boca. Hubo una reacción lógica de Racing para ir a buscar el empate. Pero los jugadores de La Academia se hicieron un auto boicot. Estaban empecinados en que Lunati compensara su error del primer tiempo y cobrara un penal para el visitante. Los buscó Moralez primero, y Lugüercio después. Pero no lograron engañar a Lunati, como sí lo había hecho Figueroa. No sufrió Boca. Riquelme le dio la ventaja y el equipo la cuidó hasta el final. Ingresó Alvaro González en lugar de Dátolo para darle más marca al medio y cerrar el partido. También Mouche ocupó el lugar de Figueroa. Racing fue pura impotencia. Fue perjudicado por el arbitraje, pero tampoco tuvo ideas para inquietar a su rival y lograr un nuevo empate. El partido se fue con la victoria local. Una victoria que tiene olor a campeonato.
Jugaba con conocimiento Boca. Sabía que estaba ante una chance única, sabía que Tigre ya había ganado y sabía a qué jugaba ante Racing, en la Bombonera. El equipo conducido por Carlos Ischia sabía y entendía, sobre todo, que debía ganar el clásico para dar un paso clave de cara al título. Ischia retrocedió y volvió al 4-3-1-2, y avanzó en la delantera le dio continuidad a la dupla de ataque Viatri-Figueroa. Racing, en cambio, cómodo en el 4-4-2, confiaba en Maxi Moralez para lastimar de contra en los primeros minutos. Todo, con Diego Maradona, el entrenador de la Selección, observando desde su palco. La pelota y el terreno fueron del local, cedidos por el visitante. Y Boca, en esas condiciones lastima. A los 5, la peinó Viatri, Dátolo aguantó en el área y Figueroa, de frente, desvió el zurdazo que pudo haber abierto el marcador. Tres más tarde, Dátolo envió un pelotazo largo, a espaldas de los centrales Cáceres y Mercado (una constante). Pero Figueroa no pudo definir ante el achique oportuno de Migliore. Racing le tiraba la pelota a Moralez y esperaba para salir rápido. Pero dos veces Forlín, y una Vargas y Dátolo (ambos con falta) frenaron al diez de La Academia en el medio. Se emparejó mucho el juego en la segunda parte del primer tiempo. Racing salió del fondo, acomodó sus líneas y ganó metros en el terreno. Por el esfuerzo de Zuculini y Peppino en el medio y por la astucia de Moralez. El petiso, a los 21, tuvo el gol en sus pies. La defensa de Boca quedó mal parada y el de Racing se vio cara a cara con García, pero su remate rozó el palo y se perdió afuera. Respondió Riquelme después. Migliore dio un rebote largo en el área, el enganche le amagó mil veces, lo dejó tirado, pero la picó mal de zurda, por encima del travesaño. Después, Pablo Lunati inventó un penal y se abrió el marcador. A los 38, Román le puso una pelota bárbara (a espalda de los centrales, otra vez) a Figueroa. Migliore salió rápido, Lucho la tiró larga, saltó al arquero y se dejó caer. El árbitro compró y Riquelme no falló desde los doce pasos para el 1-0. A pesar de que Migliore lo hostigó verbalmente en la ceremonia previa al remate. Es que el enganche y el arquero tuvieron grandes diferencias cuando fueron compañeros... Pero la explosión en la Bombonera por el gol de Boca fue efímera. A los 45, en la última jugada del primer tiempo, La Acadmia alcanzó el empate. Tiro de esquina desde la derecha, desatención en el fondo local, Franco Sosa se elevó cómodo por el segundo palo y metió un buen frentazo de pique al suelo para establecer el 1-1. Después Lunati pitó el final y ambos equipos se fueron al vestuario con la igualdad. En pocos minutos pasó mucho en el complemento. En el arranque, Llop mandó a la cancha a Yacob por el lesionado Mercado. El regreso del cinco de Racing prometía orden y lucha en el medio visitante. Sin embargo, fue Boca el que ganó la pulseada con Battaglia. Javier García descolgó un centro y le tiró el pelotazo a Riquelme. Román no la pudo bajar y se quedó mirando a la platea VIP, la que está arriba de los bancos de suplentes. Buscó e identificó. Un espectador, se ve, lo insultó. Y el enganche lo fulminó con la mirada. Esa situación, ajena al juego, pareció motivar a Román. A los 14, a pocos minutos del cruce de miradas con el plateísta, Riquelme rompió todos los esquemas. Dátolo encaró de izquierda al medio, sacó un derechazo defectuoso. La pelota rebotó en los defensores, hizo una parábola con mucha altura y poca distancia... Marcos Cáceres llegaba tranquilo para rechazar, pero Riquelme lo anticipó, la enganchó de volea y dejó sin reacción a Migliore. Era el 2-1 para Boca. Eran los tres puntos, la punta del Apertura en soledad y medio campeonato. El festejo de Riquelme estaba cantado. Con cara de malo, corrió hasta la platea y señaló al hincha que antes había soltado la lengua y ahora festejaba el gol. Una muestra más de lo que significa Riquelme para Boca. Hubo una reacción lógica de Racing para ir a buscar el empate. Pero los jugadores de La Academia se hicieron un auto boicot. Estaban empecinados en que Lunati compensara su error del primer tiempo y cobrara un penal para el visitante. Los buscó Moralez primero, y Lugüercio después. Pero no lograron engañar a Lunati, como sí lo había hecho Figueroa. No sufrió Boca. Riquelme le dio la ventaja y el equipo la cuidó hasta el final. Ingresó Alvaro González en lugar de Dátolo para darle más marca al medio y cerrar el partido. También Mouche ocupó el lugar de Figueroa. Racing fue pura impotencia. Fue perjudicado por el arbitraje, pero tampoco tuvo ideas para inquietar a su rival y lograr un nuevo empate. El partido se fue con la victoria local. Una victoria que tiene olor a campeonato.
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