UN LUNES CON EL ESPIRITU
DEL GUERRERO DE LA LUZ
EXTRAIDO DE LA OBRA DE PAULO COHELO
El guerrero de la luz confía.Porque cree en milagros, los milagros empiezan a suceder. Porque está seguro de que su!pensamiento pueme cambiar su vida, su vida empieza a cambiar. Yorque está convencido de que encontrará el amor, este amor aparece.De vez en cuando se deceqciona. A veces,)recibe golpes. Entonces, escucha comentarios: ""¡Qué ingenuo es!"Pero el guerrero sabe que vale la pena. Por cada derrota, tiene dos conquistas a su favor.Todos los que confían lo saben.
El guerrero de la luz ha aprendido que es mejor seguir la luz.Él ya traicionó, mintió, se desvió de su camino, cortejó a las tinieblas. Y todo continuó saliendo bien, como si no hubiera pasado nada.Sin embargo, un abismo llega de repente; se pueden dar mil pasos seguros, y un paso de más acaba con todo. Entonces el guerrero se detiene antes de destruirse a sí mismo.Al tomar esta decisión, escucha cuatro comentarios: "Tu conducta siempre ha sido equivocada. Ya eres demasiado mayor para cambiar. Tú no eres bueno. Tú no mereces nada".Él eleva sus ojos al cielo. Y una voz le dice: "Querido amigo, todo el mundo ha hecho en su vida cosas equivocadas. Estás perdonado, pero no puedo forzar ese perdón. Decídete".El verdadero guerrero de la)luz acepta el pdrdón.
El guerrero de la luz siempre procura mejorar.Cada golpe de su espada trae consigo siglos de sabiduría y meditación. Cada golpe necesita tener la fuerza y la habilidad de todos los guerreros del pasado, que aún hoy continúan bendiciendo la lucha. Cada movimiento en combate honra los movimientos que las generaciones anteriores procuraron transmitir a través de la Tradición.El guerrero desarrolla la belleza de sus golpes.
El guerrero de la luz es confiable.Comete algunos errores, a veces se juzga más importante de lo que realmente es. Pero no miente.Cuando se reúne alrededor de la hoguera, conversa con sus compañeros y compañeras. Sabe que sus palabras quedan guardadas en al memoria del Universo, como un atestado de lo que piensa.Y el guerrero reflexiona: "¿Por qué hablaré tanto, si muchas veces no soy capaz de hacer todo lo que digo?"El corazón responde: "Cuando tú defiendes públicamente tus ideas, debes esforzarte para vivir de acuerdo con ellas".Y porque piensa que él es lo que habla, el guerrero acaba transformándose en lo que dice.
El guerrero sabe que de vez en cuando el combate se interrumpe.De nada sirve forzar la lucha; es necesario tener paciencia, esperar que las fuerzas entren nuevamente en choque. En el silencio del campo de batalla, escucha los latidos de su corazón.Percibe que está tenso. Que tiene miedo.El guerrero hace un balance de su vida: comprueba si la espada está afilada, el corazón satisfecho, la fe incendiando el alma. Sabe que el mantenimiento es tan importante como la acción.Siempre falta algo. Y el guerrero aprovecha los momentos en que el tiempo se detiene para equiparse mejor.
El guerrero sabe que un ángel y un demonio se disputan la mano que sostiene la espada.Dice el demonio: "Vas a flaquear. No sabrás cuál es el momento exacto. Tienes miedo". Dice el ángel: "Vas a flaquear. No sabrás cuál es el momento exacto. Tienes miedo".El guerrero se sorprende. Ambos le han dicho lo mismo.Entonces el demonio continúa: "Deja, que yo te ayudo". Y el ángel: "Yo te ayudo".En ese momento, el guerrero percibe la diferencia. Las palabras son las mismas, pero los aliados son diferentes.Entonces él escoge la mano de su ángel.
Cada vez que el guerrero saca su espada, la utiliza.Puede servir para abrir un camino, ayudar a alguien, o alejar un peligro. Pero una espada es caprichosa, y no le gusta ver su lámina expuesta sin razón.Por eso el guerrero jamás amenaza. Puede atacar, defenderse, o huir, cualquiera de estas actitudes forma parte del combate. Lo que no forma parte del combate es desperdiciar la fuerza de un golpe hablando sobre él.Un guerrero de la luz está siempre atento a los movimientos de su espada. Pero no puede olvidar que al espada también está atenta a sus movimientos.Y ella no fue hecha para ser usada con la boca.
A veces el mal persigue al guerrero de la luz; entonces, con tranquilidad, él lo invita a entrar en su tienda.Y pregunta al mal: "¿Tú quieres herirme o quieres usarme para herir a otros?"El mal finge no oír. Dice que conoce las tinieblas del alma del guerrero. Hurga en heridas no cicatrizadas y clama venganza. Recuerda que conoce algunas artimañas y venenos sutiles que lo ayudarán a destruir a sus enemigos.El guerrero de la luz escucha. Si el mal se distrae, él hace que retome la conversación, y le pide detalles de todos sus proyectos.Después de oírlo todo, se levanta y se va. El mal ha hablado tanto, está tan cansado y tan vacío, que no tendrá fuerzas para acompañarlo.
El guerrero de la luz, sin querer, da un paso en falso y se hunde en el abismo.Los fantasmas lo asustan, la soledad lo atormenta. Como había buscado el Buen Combate, no pensaba que esto pudiera sucederle nunca a él; pero sucedió. Rodeando de oscuridad, se comunica con su maestro.- Maestro, caí en el abismo - dice -. Las aguas son hondas y oscuras.- Recuerda esto - responde el Maestro -: lo que ahoga a alguien no es la inmersión, sino el hecho de permanecer bajo el agua.Y el guerrero usa sus fuerzas para salir de la situación en la que se encuentra.
El guerrero de la luz se comporta como una criatura.Las personas se escandalizan: se ha olvidado de que una criatura necesita divertirse, jugar, ser un poco irreverente, hacer preguntas inconvenientes e inmaduras, decir tonterías en las que ni siquiera ella misma cree.Y preguntan horrorizadas: "¿Es eso el camino espiritual? ¡Él no tiene madurez!"El guerrero se enorgullece del comentario. Y mantiene su contacto con Dios, a través de su inocencia y alegría, sin perder de vista su misión.
La raíz latina de la palabra "responsabilidad" desvela su significado: capacidad de responder, de reaccionar.Un guerrero responsable ha sido capaz de observar y de entrenarse. Incluso a sido capaz de ser "irresponsable". A veces se dejó llevar por una situación, y ni respondió ni reaccionó.Pero aprendió las lecciones; tomó una actitud, oyó un consejo, tuvo la humildad de aceptar ayuda.Un guerrero responsable no es el que coloca sobre sus hombros el peso del mundo, sino aquel que aprendió a luchar contra los desafíos del momento.
Un guerrero de al luz siempre puede elegir su campo de batalla. A veces se ve sorprendido por combates que no deseaba; pero no sirve de nada huir, porque estos combates lo seguirán.Entonces, en el momento en que el conflicto es casi inevitable, el guerrero habla con su adversario. Sin demostrar miedo ni cobardía, procura saber por qué el otro quiere luchar; qué es lo que le hizo salir de su aldea y buscarlo para un duelo. Sin desenvainar la espada, el guerrero lo convence de que aquel combate no es el suyo.Un guerrero de la luz escucha lo que su adversario tenga que decirle. Sólo lucha si es necesario.
Al guerrero de la luz le horrorizan las decisiones importantes."Esto es demasiado para ti", dice un amigo. "¡Adelante, sé valiente!" Le dice otro. Y sus dudas aumentan.Después de algunos días de angustia, él se retira a un rincón de su tienda, en donde acostumbra a sentarse para meditar y orar. Se ve a sí mismo en el futuro. Ve a las personas que serán beneficiadas o perjudicadas por su actitud. No quiere causar sufrimientos inútiles, pero tampoco quiere abandonar el camino.El guerrero entonces deja que la decisión se manifieste.Si fuera preciso decir sí, lo dirá con valor. Si es necesario decir no, lo dirá sin cobardía.
Un guerrero de la luz asume enteramente su Leyenda Personal.Sus compañeros comentan: "¡Su fe es admirable!"El guerrero se enorgullece unos instantes, pero luego se avergüenza de lo que ha escuchado, porque no tiene la fe que aparenta.En este momento su ángel le susurra: "Tú eres apenas un instrumento de la luz. No hay motivos para vanagloriarse, pero tampoco para sentirse culpable; sólo hay motivos para la alegría".Y el guerrero de luz, consciente de que es un instrumento, se queda más tranquilo y seguro.
“Hitler puede haber perdido la guerra en el campo de batalla, pero terminó ganando algo – dice M. Alter -. porque el hombre del siglo XX creó el campo de concentración, resucitó la tortura y enseñó a los semejantes que es posible cerrar los ojos ante las desgracias ajenas”.Puede ser que tenga razón: existen niños abandonados, civiles masacrados, inocentes en las cárceles, viejos solitarios, borrachos en las cunetas, locos en el poder.Pero quizá él no tenga ninguna razón: existen los guerreros de la luz.Y los guerreros de la luz jamás aceptan lo que es inaceptable.
El guerrero de la luz nunca olvida el viejo proverbio: el buen cabrito no chilla.Las injusticias existen. Todos se ven envueltos en situaciones inmerecidas, generalmente cuando no se pueden defender. Muchas veces la derrota llama a la puerta del guerrero.En esas ocasiones, él permanece en silencio. No gasta energía en palabras, porque ellas no pueden hacer nada; es mejor usar las fuerzas para resistir, tener paciencia y saber que Alguien está vigilando. Alguien que vio el sufrimiento injusto y no se conforma con ello.Este Alguien le da lo que él necesita: tiempo. Tarde o temprano, volverá a trabajar en su favor. Un guerrero de la luz es sabio; no comenta sus derrotas.
Una espada puede durar poco. Pero el guerrero de la luz tiene que durar mucho.Por eso no se deja engañar por su propia capacidad, y evita ser tomado por sorpresa. Él da a cada cosa el valor que merece tener.Muchas veces, ante asuntos graves, el demonio musita en su oído: “No te preocupes con esto porque no es serio”.Otras veces, ante cosas banales, el demonio le dice: “Necesitas dedicar toda tu energía para resolver esta situación”.El guerrero no escucha lo que el demonio le está diciendo: él es dueño de su espada.
Un guerrero de la luz está siempre vigilante.No pide permiso a los otros para empuñar su espada; simplemente la toma en sus manos. Tampoco pierde el tiempo explicando sus gestos; fiel a las determinaciones de Dios, él responde por sus acciones.Mira a sus costados e identifica a sus amigos. Mira hacia atrás e identifica a sus adversarios. Es implacable con la traición, pero no se venga; se limita a apartar a los enemigos de su vida, sin luchar con ellos más allá del tiempo necesario.Un guerrero no intenta parecer, él es.
Un guerrero no anda con quien le quiere hacer mal. Ni tampoco es visto en compañía de los que lo quieren “consolar”.Evita a quienes sólo están a su lado en caso de derrota, estos falsos amigos que quieren probar que la debilidad compensa. Siempre traen malas noticias. Siempre intentan destruir la confianza del guerrero, bajo el manto de la “solidaridad”.Cuando lo ven herido, se deshacen en lágrimas, pero en el fondo de su corazón están contentos porque el guerrero perdió una batalla. No entienden que esto forma parte del combate.Los verdaderos compañeros de un guerrero están a su lado en todos los momentos, en las horas difíciles y en las horas fáciles.
En el comienzo de su lucha, el guerrero de la luz afirmó: “Tengo sueños”.Después de algunos años, percibe que es posible llegar a donde quiere; sabe que será recompensado.Llegado ese momento, se entristece. Ha conocido la infelicidad ajena, la soledad, las frustraciones que acompañan a gran parte de la humanidad, y considera que no merece lo que está a punto de recibir.Su ángel susurra: “Entrega todo”. El guerrero se arrodilla y ofrece a Dios sus conquistas.La Entrega obliga al guerrero a parar de hacer preguntas tontas, y lo ayuda a vencer la culpa.
El guerrero de la luz tiene la espada en sus manos.Es él quien decide lo que va a hacer, y lo que no hará bajo ninguna circunstancia.Hay momentos en que la vida lo conduce hacia una crisis: se ve forzado a separarse de cosas que siempre amó. Entonces el guerrero reflexiona. Analiza si está cumpliendo la voluntad de Dios o si actúa por egoísmo, y en el caso de que la separación esté realmente en su camino, la acepta sin protestar.Si, por el contrario, tal separación fue provocada por la perversidad ajena, él es implacable en su respuesta.El guerrero es dueño del golpe y del perdón. Y sabe usar los dos con la misma habilidad.
El guerrero de la luz no cae en la trampa de la palabra “libertad”.Cuando su pueblo está oprimido, la libertad es un concepto claro. En esos momentos, usando su espada y su escudo, lucha hasta perder el aliento o la vida. Ante la opresión, la libertad es simple de entender, es lo opuesto a la esclavitud.Pero a veces el guerrero escucha a los más viejos diciendo: “Cuando pueda dejar de trabajar seré libre”. Y apenas transcurrido un año, se quejan: “La vida es solamente tedio y rutina”. En este caso, la libertad es difícil de entender; significa ausencia de sentido.Un guerrero de la luz está siempre comprometido. Es esclavo de su sueño, y libre en sus pasos.
Un guerrero de la luz no se queda siempre repitiendo la misma lucha, principalmente cuando no hay avances ni retrocesos.Si el combate no progresa, él entiende que es preciso sentarse con el enemigo y discutir una tregua; ambos ya practicaron el arte de la espada, y ahora necesitan entenderse.Es un gesto de dignidad, y no de cobardía. Es un equilibrio de fuerzas y un cambio de estrategia.Trazados los planes de paz, los guerreros vuelven a sus casas. No necesitan probar nada a nadie; lucharon en el Buen Combate y mantuvieron la fe. Cada uno cedió un poco, aprendiendo con esto el arte de la negociación.
Los amigos del guerrero de la luz le preguntan de dónde procede su energía. Y él les responde: “Del enemigo oculto”.Los amigos preguntan quién es.El guerrero responde: “Alguien a quien no pudimos herir”.Puede ser un niño que lo venció en una pelea en su infancia, la noviecita que lo dejó a los once años, el profesor que le llamaba burro. Cuando está cansado, le guerrero se acuerda de que él aún no vio su coraje.No piensa en venganza, porque el enemigo oculto no forma ya parte de su historia. Piensa solamente en mejorar su habilidad, para que sus hazañas corran por el mundo y lleguen a los oídos de quien lo hirió en el pasado.El dolor de ayer es la fuerza del guerrero de la luz.
Un guerrero de la luz siempre tiene una segunda oportunidad en la vida. Como todos los demás hombres y mujeres, él no nació sabiendo manejar su espada, y cometió muchas equivocaciones antes de descubrir su Leyenda Personal.Ningún guerrero puede sentarse en torno a la hoguera y decir a los otros: “Siempre actué correctamente”. Quien afirma esto está mintiendo, y aún no aprendió a conocerse a sí mismo. El verdadero guerrero de la luz ya cometió injusticias en el pasado.Pero en el transcurso de la jornada, percibe que las personas con quienes actuó injustamente siempre se vuelven a cruzar en su camino.Es su oportunidad de corregir el mal que les causó. Y él siempre la utiliza, sin vacilar.